Estas Señales Pueden Advertirte Cómo Saber si Tienes Mala Circulación

La circulación sanguínea es fundamental para el buen funcionamiento del cuerpo. A través de ella, se transporta el oxígeno y los nutrientes necesarios a cada órgano y tejido. Cuando la circulación no es eficiente, pueden aparecer señales que muchas veces pasamos por alto, pero que conviene conocer para actuar a tiempo.

Uno de los síntomas más comunes de la mala circulación es la sensación de hormigueo o entumecimiento, especialmente en las manos, pies o piernas. Esto ocurre porque la sangre no está llegando adecuadamente a esas zonas, lo que genera una especie de “adormecimiento”. Si esto sucede con frecuencia, podría ser una señal clara de un problema circulatorio.

Otra señal de alerta es la hinchazón en los tobillos o pies. Cuando la sangre no fluye correctamente, puede acumularse líquido en ciertas partes del cuerpo, causando inflamación. Esta retención de líquidos puede empeorar al estar mucho tiempo de pie o sentado.

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El cansancio constante o la sensación de fatiga, especialmente sin causa aparente, también puede estar relacionado con una circulación deficiente. El cuerpo, al no recibir suficiente oxígeno, se esfuerza más y se siente agotado con facilidad.

Las manos y pies fríos también son una señal frecuente. Cuando la sangre no fluye bien, las extremidades no se mantienen a una temperatura adecuada. En algunos casos, incluso pueden cambiar de color (ponerse pálidas o azuladas).

También pueden presentarse calambres o dolor muscular, en especial al caminar o hacer algún esfuerzo físico. Esto ocurre porque los músculos no reciben el oxígeno necesario, provocando dolor.

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Además, una piel seca, frágil o con heridas que tardan en sanar podría estar indicando que no está llegando suficiente sangre a esa zona para facilitar la regeneración.

Por último, si observas venas varicosas, es decir, venas visibles e inflamadas, especialmente en las piernas, puede ser otra señal de mala circulación. Estas venas suelen causar dolor, pesadez o picazón.

Identificar estos signos a tiempo es importante para evitar complicaciones mayores, como enfermedades cardiovasculares. Adoptar hábitos saludables como hacer ejercicio regularmente, mantener una dieta equilibrada y evitar el sedentarismo, puede mejorar significativamente la circulación.

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